viernes, 12 de noviembre de 2010

Periodismo judicial

Por: Andrés Villanueva

Por los pasillos del Palacio de Justicia ya no solo circulan magistrados, abogados y litigantes. Un nuevo personaje aparece actualmente en la administración pública sin ser parte de ella: el periodista. Poco a poco van conociendo de cerca el complejo mundo judicial, desde escandalosos juicios, donde se ven involucrados personajes públicos, hasta las curiosas y anecdóticas historias de ciudadanos comunes y corrientes cuyos casos particulares se convierten en noticia.
El creciente interés y curiosidad del público por saber todo sobre los procesos judiciales exige una amplia cobertura periodística y obliga a informar detalladamente sobre los avances de las investigaciones.

La competencia de los medios de comunicación por vender mas periódicos, captar mas radioescuchas o televidentes ha obligado a los periodistas a asumir un rol activo en el desarrollo de los procesos judiciales y en la observación permanente de una eficaz administración de justicia. Además, que exige una mayor preparación profesional, aparte de una constante preocupación por adquirir nociones jurídicas básicas.

Este auge por la información judicial se ve reflejada tanto en los periódicos como en la radio y en la televisión, en los diarios que cuentan con secciones judiciales.

¿Que es el Periodismo Judicial?
Según el diccionario de Periodismo de Eudoro Terones Negrete es el “campo especifico del periodismo que busca, procesa y redacta la información precedente de inspecciones y estaciones de policía, juzgados, tribunales, instituciones militares y departamentos adscritos al ministerio de justicia. Dicha información se refiere a robos, crímenes, atracos , secuestros, procesos, sentencias reformas a la justicia, doctrina y jurisprudencia”.

Siendo así, tendremos como concepto que es aquella especialidad informativa que se ocupa de transmitir a la opinión publica el desarrollo y contenido de las actuaciones mas relevantes de los órganos de la administración de justicia. Por ende, el periodista debe investigar y describir hechos, poniendo a prueba su objetividad, sagacidad, audacia, disciplina, seriedad, perseverancia, ética, conocimientos básicos de los procesos judiciales en el código civil y penal.

Para una mejor ilustración del campo de acción del periodista judicial citamos ejemplos: Si a un futbolista lo denuncian por difamación ¿Quién cubrirá la nota? ¿El periodista judicial o el de deportes? El judicial. Si es un político o un funcionario publico es procesado penalmente ¿Quién acudirá a la audiencia publica? ¿El reportero judicial o el de política? El judicial ¿Si a un cantante se le demanda por alimentos? ¿Quién seguirá el caso? ¿El periodista judicial o el de espectáculos? Lo hará el periodista judicial. Si un banquero esta enjuiciado por corrupción ¿Será el periodista judicial o el de economía? Y así podríamos mencionar mas ejemplos y es en el campo de acción del reportero judicial en lo que a casos se refiere comprende desde la denuncia hasta la sentencia, lo que implica a su vez las informaciones sobre ordenes de detenciones, declaraciones, testimoniales, fallos tribunales apelaciones etc.


Conclusiones
1. Se debe tener en cuenta que informar sobre temas judiciales requiere de una mayor preparación y un mínimo de conocimientos del derecho
2. A diferencia de otros géneros y/o secciones periodísticas el cronista judicial realiza periodismo de investigación
3. La verificación y el cruce de información es esencial en su labor (confirmar datos acudir a varias fuentes informativas).
4. El respetos a los derechos fundamentales de la persona sobre cualquier tipo de información que pretenda trasgredirlos (no violar la reserva de los procesos).
5. Las noticias judiciales deben ser siempre presentadas en una forma atractiva y educativa teniendo en cuenta que los temas son complejos , delicados y hasta a veces pueden resultar aburridos.
6. La claridad y brevedad en la conversión de los términos jurídicos en palabras sencillas es una regla fundamental. Recordemos que toda la opinión publica no esta compuesta de abogados

viernes, 15 de enero de 2010

Dilema de periodista en Haití


POR:  DAVID TRUEBA
Haití

Qué difícil es sentarse a escribir de algo cuando suceden catástrofes como las de Haití. Qué ridículas todas las querellas, cuando la naturaleza golpea con tal fuerza y nos recuerda lo poco que somos. Y sin embargo, el periódico sale y cada uno cumple con su minúscula labor, ésa es nuestra defensa contra el horror. Desde que llegaron las primeras noticias del terremoto, las agencias de prensa y los medios de comunicación han tratado de representar la desgracia humana, han peleado por acercarla, por hacerla nuestra. Así, la lejanía del lugar, la pobreza de las víctimas, toda esa distancia emocional puede ser pulverizada por la información. Los noticiarios de ayer y de hoy traen un reguero de imágenes asombrosas que convierten la tragedia, por qué no decirlo, en un fenómeno doloroso pero fotogénico.


A menudo, la gente se pregunta cómo un fotógrafo o un reportero pueden abstraerse de lo que retratan y salir indemnes de aquello que captan con su cámara. Se parecen a esos cirujanos que operan un corazón abierto tratando de esmerarse en la técnica, sin dejar que los sentimientos infecten su profesionalidad. Para muchos es cruel, pero es sencillamente el oficio de acercar a los que están más lejos la realidad cotidiana del desastre. Son imprescindibles.


El peligro que corremos tras la torrentera de imágenes es el de la banalización, el efectismo sin sustancia, el abuso de la emoción, hasta degenerar en la indiferencia. Hay demasiadas pantallas, demasiadas ventanas, para que cualquier suceso no pase a ser carnaza, alimento del morbo y finalmente una vulgaridad. La repetición, la carencia de contexto, pueden pervertir una imagen hasta su vaciado. Ayer se emitían, en bucles sin fin, imágenes demoledoras a espaldas del locutor o la presentadora, como un forillo, un relleno, convirtiendo el horror en un mero elemento decorativo. Esas imágenes, algunas espectaculares, deben tratarse con mimo y cuando no cumplen la función básica para la que fueron tomadas preservarse como un tesoro. Es un oficio complejo el de informar, cuya virtud reside en la medida exacta. No se trata de ordeñar la vaca del dolor ajeno provocando un chaparrón emotivo, sino de excitar aquella neurona que nos hace más conscientes del lugar que el ser humano ocupa en el universo. Nos deja más tristes, pero mejor informados.

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